Ortografia

#ApostándoleALaOrtografía ;)

Eliph Catalina Fernández

Los 160 caracteres que ofrece Twitter para emitir un mensaje, por ejemplo, es la excusa perfecta para dar cabida a resúmenes y contracciones. Con ingenio puede llegarse a comunicar con efectividad, y con falta de conciencia, deformar el idioma.

La empresa Tendencias Digitales estima que para este año 2012 el acceso a Internet en Venezuela tendrá un aumento considerable, tanto que 15 millones 600 mil personas estarán conectadas a la Red de Redes. Estos datos evidencian que casi el 50% de la población se podrá comunicar a través de medios digitales, y utilizar o estar expuestos a aberraciones del lenguaje como un “Cm ztaz???”.

Chamos: ¿Orto qué?

Los asiduos a redes sociales y chats se pueden dividir en dos grupos: los verdaderos usuarios; que realizan una comunicación efectiva, con propósitos definidos y que escriben lo mejor posible para que el receptor entienda el mensaje; y los jóvenes, que deforman las palabras con ánimos de adornarlas y expresar ideas y sentimientos sacrificando la ortografía, palabra que pareciera que no está junto a su repertorio de diminutivos y excesos de ies.

Ahora hay una especie de doble vida: la real y la virtual. En la virtual, muchísimas personas se esmeran por crear mediante datos, descripciones, fotos y mensajes, un perfil que exprese una realidad creada. Y no basta solo con crear un perfil un tanto conveniente, sino darle actualidad a este, hasta el punto de dedicarle gran parte del día.

Las contracciones son más que simples manifestaciones de fatiga y flojera, se dan para optimizar el espacio. La primera escuela fue el mensajes de texto, donde se busca, aun en la actualidad, decir mucho en poco espacio al igual que en el Twitter. Pero hay otra vía, una donde se debe tener una conciencia ortográfica y buscar decir lo que se quiera con concisión y sin contracción.

La correcta escritura de las palabras, utilización de los signos de puntuación y de los acentos ortográficos, parecen ser de menor importancia en la redacción de textos para los medios digitales, prima sobre estas la instantaneidad y las palabras con un código de un grupo social definido por la edad, mas no de un medio digital.

Twitter tiene su código establecido, quizás aumente al pasar de los años. Para sus usuarios, es común el uso de un “hashtag” o un “retwett”. Su uso dentro de este medio no tiene ningún peligro para el idioma. Pero un sentimiento apocalíptico se acerca cuando este tipo de código ya no es exclusivo para Twitter, sino que se adapta para Facebook, estados del perfil de algunos chats, la nota del mercado fijado en alguna nevera venezolana o hasta el mismo título de este artículo.

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